lunes, 11 de octubre de 2010

El Diamante


Triste, opaco, sin brillar.
Un diamante no pulido,
Encontrábase perdido
En el Valle del Palomar.
Vióle un joyero al pasar

Y a su taller le llevó;
Cuidadoso le labró,

Y hermoso entonces, luciente,
Magnifico y esplendente
La luz del sol reflejó.


Asi el hombre no educado
Cual piedra desconocida,
Suele encontrarse en la vida,
Triste, sin luz, despreciado;
Mas sí a estudiara consagrado
Busca el saber con anhelo
Tórnase en dicha su duelo,
La educación le embellece,
Y en su alma que resplandece
Refleja la luz del cielo.


José Rosas.

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