sábado, 30 de octubre de 2010

Los Frutos del Invierno

Mi tío abuelo trabajaba como agrimensor antes de que las  casas rurales  tuvieran televisión  o siquiera radio. En una ocasión tuvo que medir  una finca muy aislada. El granjero que le  mostró  el  lugar  era tan  taciturno,  que aunque  habían  trabajado juntos todo  el día no habían intercambiado mas que unas cuantas palabras.


Aunque  mi tío  tenia prisa, no podía irse sin aceptar  un trago. Cuando se sentó ante  una mesa larga , se percató  de que  unas caritas  infantiles lo  observaban  timidamente  a través de la tenue luz. ¡Era  una  multitud de  niños! grandes y pequeños, gordos y flacos, incluso un par de gemelos.

Mi tío  apuro  su bebida y el granjero lo acompaño   hasta el coche . Antes de marcharse, mi pariente pregunto:
- ¿Son suyos  todos esos niños?
El hombre asintió con la cabeza.
- ¿cuantos tiene?
- Diecinueve - y notando el gesto de sorpresa del visitante agregó - Los inviernos  son largos aquí.

A.S.

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